¿Te has preguntado si realmente promueves un ambiente de colaboración en tu equipo?
¿Cómo se vive un equipo?
Muchas veces me he preguntado cómo detectar si una empresa, un departamento, un grupo que le reporta a un tal jefe o jefa, trabaja o no ¨En Equipo¨. Con el tiempo he aprendido a detectar algunos síntomas que son inequívocos. Veamos algunos:
1
Todos copian al jefe cuando mandan un correo
Si bien dicen hacerlo en honor al control, registro y seguimiento, normalmente detrás de esta conducta hay un porqué desde la autodefensa, puede ser que el jefe se los pide de esa manera o porque se cansaron de que nadie les responda, por la razón que sea que los haya llevado a esa norma de trabajo, es un síntoma de falta de confianza y responsabilidad como equipo.
2
Síndrome yo no fui
No hay ¨accountability¨ o rendición de cuentas, que esto pase puede hacer que decidas usar la norma anterior, pero también aparece cuando se percibe un continuo echar culpas y evadir responsabilidades, se escuchan frases como: “no es mi responsabilidad”, “no me dijiste para cuando”, “no sabía como hacerlo”, “no sé a quién preguntarle”, “siempre me pides todo a mí”, “Porqué a mí” y muchas otras que reflejan esta actitud de falta de compromiso con los resultados y falta de apoyo mutuo.
3
Las juntas (o reuniones) silenciosas o sepulcrales
El equipo no opina, no confronta, no contradice jamás al jefe, agacha la cabeza y tiene un semblante temeroso, o simplemente puedes ver y leer que están en estado reptil, mimetizados con la mesa de la sala, para que no les pidas nada ni les preguntes. Evidentemente si eres el jefe, te tienen miedo a ti o a alguien de la sala… a menos que exista un monstruo en la oficina que pueda entrar en cualquier momento.
Este tipo de situaciones incomodas son aprendidas, qué los llevo a eso puede variar, puede ser un jefe autoritario y perfeccionista que solo acepta sus propias ideas y no tolera ningún tipo de error, puede ser un jefe que guste de regañar a la gente en público poniéndolos en ridículo, puede ser que se promueva la búsqueda de culpables y cada problema se haya convertido en una caza de brujas o simplemente una cultura de disciplina obsecuente donde lo único que habilita la opinión es la jerarquía.
4
El ambiente es como un nido de víboras
La vida cotidiana en la oficina se vive con miedo, a la defensiva, como una vez me comento un miembro de un equipo: “parece que solo están esperando que te equivoques para irse encima tuyo, tienes que estar cuidándote la espalda todo el tiempo”. Al estrés cotidiano, de un trabajo con demandas y exigencias naturales, se suma el estrés por sentir que no hay aliados, que cualquiera puede acusarte, que no hay solidaridad ni camaradería.
5
Todos llevan y traen
Una vez viví un caso así, donde un director recibía los chismes de su equipo y a todos les daba la razón, les contaba lo que el otro decía y los empoderaba, pero en el peor sentido del poder, les hacia creer que tenían razón y que él lo iba a resolver, y adivinen qué, no hacia nada, por lo que los dejaba alborotados y mirándose con odio por los pasillos. Aparecían bandos contrarios, si estás con él eres mi enemigo y si le hablas olvídate de nosotros.
Cuando no se promueve la comunicación asertiva entre pares, donde puedan expresar sus malestares y resolverlos entre adultos, sino que en lugar de eso promovemos el “no sabes lo que dice de tí”, solo estamos promoviendo un ambiente tenso, molesto, conflictuado y enrarecido, donde se esconden las cucarachas debajo de la alfombra deseando que se teletransporten a otra dimensión. El chisme y el radio pasillo siempre existirá, el problema radica en que alguien con autoridad, de organigrama o liderazgo natural, lo acepte como verdad y lo use como si existiera una sola cara de la moneda en lugar de promover una comunicación abierta y transparente.
Entonces, cuando detecto algo de esto, se que no hay un verdadero equipo, o por lo menos, no en este momento. Entonces me da curiosidad, como parte del diagnóstico inicial saber si lo hubo alguna vez y comenzamos a rescatar las historias y los aprendizajes. Tratando de saber si alguna vez lo fueron o si acaso han experimentado al menos “sensaciones de equipo”.
¿Y cómo sé qué es UN EQUIPO?
Un equipo es otra cosa, es ese estado en el que las cosas suceden, es el fluir de las capacidades al máximo, si lo has vivido, seguro has sentido esa adrenalina que hace que pensemos claramente y tomemos decisiones entre varias personas haciendo un pin pon de ideas sin ego y festejando la mejor de todas, mientras estamos lanzando la primera acción para que la idea se haga realidad. En ese momento aparecen los voluntarios, ofreciendo aportar, tomando cartas en el asunto, sin evasiones ni recelos. Incluso en los equipos deportivos se puede ver, fisicamente, cuando fluyen o cuando están tropezando unos con otros.
Como dice Daniel Goleman en su libro Fluir, es ese estado óptimo donde los individuos están a plena capacidad y sintiéndose con energía y entusiasmo, que cuando sucede en equipo se percibe como ese sentido de pertenencia hacia a algo mas grande que sí mismos.
Es apasionante y nos lleva a querer más, eso explica por ejemplo porque podemos dejar todo para ver a un grupo de amigos con quienes construimos anécdotas y compartimos aventuras de niños. También explica porque, cuando decidimos participar en alguna actividad de colaboración en alguna asociación, club o simplemente apoyando a un equipo de nuestros hijos, somos capaces de regalar jornadas completas de trabajo atendiendo un puesto de bebidas para recaudar dinero para los uniformes. Si las cosas no fluyen lo hacemos una vez y luego se lo dejamos a quien tiene que ir obligado y, si podemos, ya no regresamos. Pero si fluyen… ¡Que gran momento! Nos llena de orgullo, se siente la vibra y el compromiso para que las cosas salgan bien, ¡Muy bien!
Entonces, te pregunto: ¿Eres parte de un Equipo?
Cuéntanos cómo te das cuenta que trabajas en un Equipo.
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